Sexualidad Sana
Hablar de una sexualidad sana es hablar de una sexualidad segura. Se trata de respetar tu propio cuerpo y el de los demás. Es importante evitar riesgos para tu salud y la salud de otras personas como embarazos no deseados, VIH, SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual (ETS). El preservativo es el único método anticonceptivo que, además de protegerte del embarazo no deseado, te protege del contra las enfermedades de transmisión sexual, incluidos el VIH y SIDA. El uso del preservativo no tiene por qué ser aburrido ni reducir sensaciones, con la amplia gama de productos que existen actualmente en el mercado puede ser incluso una grata experiencia: los hay naturales, extrafinos, estriados, de sabores, de tamaño grande, etc. Ahora existen incluso sin látex para los chicos y chicas con alergia a este material.
Se trata de disfrutar del sexo en positivo, siendo respetuosos con nosotros mismos y, por supuesto, con los demás. Partiendo de esta base, todo está permitido.
Está científicamente comprobado que en los juegos sexuales se incrementa la producción de oxitocina y se liberan endorfinas que provocan sensación de bienestar. Durante el orgasmo se libera prolactina, que reduce el estrés; y serotonina, que produce sensación de felicidad. Los médicos están de acuerdo en que las relaciones de pareja cariñosas y la actividad sexual frecuente favorecen la salud, previniendo enfermedades ya que fortalecen el sistema inmunológico. Previenen problemas cardíacos y determinados cánceres como el de próstata o el de útero, reducen los dolores de cabeza y abdomen, aumentan las defensas, combaten la depresión y el estrés, estimulan la memoria, aumentan la autoestima, ayudan a quemar calorías, tonifican la musculatura, rejuvenecen al proporcionar elasticidad a nuestra piel y, en general, nos hacen sentir mejor.
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