El Síndrome de las Bolas Azules



  El Síndrome de las Bolas Azules (o blue balls en inglés), es el nombre​ utilizado para referirse a la próstata congestionada o vasocongestión de los testículos, que es la retención de líquido, particularmente linfa y sangre, en dichos órganos, que a menudo se acompaña de dolor testicular agudo debido a la excitación sexual prolongada e inconclusa. De hecho, cuando el daño es muy fuerte, la piel del escroto puede volverse algo azulada, de ahí el nombre. En estos casos, el flujo sanguíneo y linfático aumenta en los genitales masculinos, al mismo tiempo que los músculos responden con fuerza y se contraen. Durante este proceso, el tamaño de los testículos puede aumentar hasta un 50%. Si el hombre permanece excitado por un largo periodo sin lograr la eyaculación, está propenso a sufrir de este dolor. Se cree que el término se originó en los Estados Unidos y apareció por primera vez en 1916.

  La congestión de los testículos es un fenómeno común entre los hombres. Al terminar el acto sexual y eyacular, los músculos del pene se relajan, los testículos se vacían y por lo tanto el hombre se siente aliviado. Sin embargo, cuando luego de severa actividad sexual, el hombre no llega al orgasmo, ya sea porque este se ve interrumpido o cualquier otra razón por la que no se produzca, es cuando se da la congestión testicular.

  Para muchos hombres las “bolas azules” son un fenómeno muy real, pero la realidad es que no es más que un desafortunado efecto secundario de la excitación sexual no recompensada. Puede ser una molestia, pero no representa una amenaza para la futura intimidad o reproducción. El clímax interrumpido, por sí solo, no causará ningún cambio físico en la potencia, la fertilidad, la eyaculación o la función urinaria. Si bien puede ser un dolor real para algunos durante una o dos horas, no pasará nada más grave que eso.

  En términos generales, la decoloración azul, o cianosis, puede ocurrir debido a un trauma o la pérdida del flujo sanguíneo normal. Cuando se asocia con dolor severo o hinchazón puede representar un problema mayor, como una lesión o sangrado dentro del escroto, torsión testicular o una infección grave. No seguir adelante con una faena en la cama no conduce a tal peligro. Existen diversos tratamientos para la congestión testicular o bolas azules, pero los médicos recomiendan simplemente el método de liberación sexual, es decir, llegar al orgasmo, ya sea a través de la masturbación o el sexo.


  Como dato adicional, este padecimiento no es solo masculino, sino que tiene su contraparte femenina, conocida como “congestión pélvica”, “congestión vaginal” o coloquialmente “ovarios rosas”, en equivalencia a lo que serían las bolas azules.

En el caso de las mujeres estos dolores no tienen por qué tener su origen en el sexo; entre las causas físicas de la congestión vaginal se sitúan principalmente patologías ginecológicas (dismenorrea, endometriosis, adherencias pélvicas, enfermedad pélvica inflamatoria, síndrome de congestión pélvica, tumores ováricos o uterinos), gastrointestinales (síndrome de intestino irritable) y las urinarias.

Sin embargo, la ventaja que poseen las mujeres respecto a este padecimiento es que si la fuerte excitación sexual no logra culminar en un orgasmo el cuerpo vuelve a la normalidad después de unos minutos, algo que no ocurre con tanta naturalidad en los hombres.

  Por último, según los médicos, este mal no tiene secuelas en la salud de las personas y tampoco es algo contagioso.

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