La Polución Nocturna
La
polución nocturna, emisión nocturna (popularmente conocida como sueño
húmedo) es una eyaculación involuntaria de semen durante el sueño. Las
poluciones nocturnas son más comunes durante los últimos años de la
adolescencia, aunque se presentan también en el adulto.
Pueden estar, o no, acompañadas por sueños eróticos. Algunos hombres se
despiertan durante la eyaculación, mientras que otros siguen durmiendo y
solamente se dan cuenta al despertarse y comprobar que la ropa interior está
manchada de semen, o ni siquiera lo notan si es que ésta se ha secado. Con
frecuencia no recuerdan ningún tipo de sueño con contenido sexual, salvo los
casos en que sus características particulares (sensación de realismo,
intensidad) los graban en la mente.
La polución
nocturna
es un reflejo involuntario y una reacción física completamente normal y
natural. No representa ningún problema. Es una simple reacción a una necesidad
física, estimulada, generalmente, por una imagen mental. A diferencia de la
eyaculación en sí, este fenómeno ocurre sin que se realice ningún tipo de
estimulación directa del pene. Generalmente, sucede durante el sueño y de allí
la expresión popular “sueños húmedos” (del inglés, wet dreams).
La primera vez que el varón experimenta una eyaculación espontánea, puede coincidir
con un sueño en el que quiere orinar y no llega a tiempo al baño para hacerlo.
Coincidiendo con la pubertad y con el
comienzo de producción de la hormona testosterona en el varón (alrededor de los
12 años de edad), los chicos empiezan a producir espermatozoides diariamente.
Como el joven no tiene relaciones sexuales, estos espermatozoides no
“utilizados” (considerados “sobrantes”), se eliminan de manera natural mediante
dos mecanismos:
·
La
destrucción por unas células del propio cuerpo llamadas macrófagos.
·
La
emisión nocturna e involuntaria de semen, también llamada “eyaculación
espontánea”.
La
eyaculación espontánea se conoce también como “sueños húmedos” (porque puede
coincidir con sueños más o menos eróticos), “sueños blancos” (porque el líquido
seminal es de ese color) o “polución nocturna”. Sin embargo hay quienes no
consideran muy apropiado llamar “polución” a un líquido corporal que según
remarcan tiene una función tan relevante como la de originar la vida humana
La
polución nocturna ocurre cuando el ensueño sugestiona involuntariamente al
individuo o cuando este pasa una cantidad considerable de tiempo sin eyacular.
En ambos casos puede contribuir el almacenamiento de imágenes o fantasías
eróticas durante cierto tiempo.
La frecuencia de eyaculaciones involuntarias
nocturnas es muy variable y los estímulos sexuales del medio en que habita el
individuo pueden ayudar a incrementarla. Algunos hombres las presentan
frecuentemente, sobre todo durante la adolescencia, mientras que otros no la
han experimentado jamás.
Se
trata de un acto completamente natural
y no depende de la persona. No implica la misma excitación que podría tener un
hombre durante las relaciones sexuales o la masturbación, ya que la eyaculación
no se produce del mismo modo, sino que durante la noche mientras el hombre está
durmiendo su cuerpo se relaja del todo y se produce esta pérdida seminal sin
que él mismo se dé cuenta. En algunas ocasiones puede tener sueños que indiquen
una posible pérdida seminal, y que luego lo constate en sus ropas o en las
sábanas, pero en muchas otras ocasiones no es consciente de que han tenido esta
pérdida al dormir.
Las
erecciones nocturnas suceden durante las fases del sueño REM, Movimiento
Ocular Rápido, la quinta etapa del sueño. En ese momento el cuerpo se oxigena
más y hay mayor flujo de sangre a los genitales, lo que produce una erección en
el hombre o excitación del clítoris en las mujeres, que favorece la
estimulación y el orgasmo. Esta fase comienza aproximadamente unos 90 minutos
después que nos dormimos y se caracteriza por el movimiento acelerado de los
ojos. Durante estas fases, el sistema simpático, que controla los músculos del
pene, se relaja y causa una erección que termina en eyaculación. Es una
situación que, generalmente, ocurre en la adolescencia y particularmente antes
de la primera relación sexual, aunque también ocurre en los adultos, pero en
una proporción mucho menor.
En
la fase más intensa del sueño es cuando podrían producirse estas pérdidas de
semen, pero algunos expertos creen que se producen como un proceso natural del
cuerpo para asegurarse del buen funcionamiento del pene y los testículos. Sin
embargo, hay hombres que tienen esta pérdida de semen en sueños durante más
ocasiones que otros y esto no siempre puedan significar que el mismo cuerpo
está comprobando constantemente el buen funcionamiento del pene y los
testículos al dormir.
Otros
expertos creen que durante las épocas de la vida del hombre en las cuales tiene
un aumento de las hormonas y de la actividad sexual es normal que se produzca
esta pérdida seminal, ya que quizás en ese momento se estén formando el pene y
los testículos y tenga sueños húmedos con más frecuencia. Hecho que es probable
que vaya disminuyendo a lo largo de los años y que probablemente llegue a tener
solamente estás pérdidas de semen en contadas ocasiones en el futuro.
No
se ha establecido una causa clara para explicar las emisiones nocturnas, aunque
se asocia con altos niveles de testosterona. Se ha asociado la polución
nocturna con la testosterona o la abstinencia sexual. Un estudio determinó que
los hombres con testosterona alta son más propensos a orgasmos nocturnos. Otros
estudios sugieren que largos periodos de abstinencia sexual pueden causarla. Si
no se tiene un alivio sexual de ningún tipo, se tendrán más emisiones
nocturnas.
La
polución nocturna no es una experiencia exclusiva de los hombres. Las
mujeres también experimentan excitación al dormir que puede terminar en
orgasmo. Aunque la secreción de fluidos vaginales nocturnos no necesariamente
van acompañados de un orgasmo. En el caso de los hombres la polución nocturna
siempre ocasiona la eyaculación. La secreción vaginal en las mujeres significa
que hay una excitación sexual, pero puede pasar sin alcanzar el orgasmo.
Mientras
haya actividad sexual las poluciones pueden producirse, ya que los sueños
húmedos no tienen una edad de caducidad. La
polución nocturna es más frecuente durante la adolescencia porque hay más
cambios hormonales durante esa etapa. Al alcanzar la edad adulta las hormonas
son más estables y las eyaculaciones nocturnas son más infrecuentes.
Por lo general, la polución nocturna va a acompañada de sueños eróticos que la
estimulan, pero eso no es una condición. Puede haber una eyaculación sin un
sueño erótico, e incluso sin recordar sueño alguno. El orgasmo mientras
dormimos puede ser causado también por estímulos externos, como el roce de las
sábanas o la ropa con los genitales. También podemos tener sueños eróticos que
acaben en orgasmo sin que eso ocasione una polución nocturna, incluso aunque
haya una erección. Las poluciones no se relacionan con ninguna alteración
sexual o psicológica. No todas las personas tienen sueños húmedos y eso es tan
normal como tenerlos. Tener o no tener orgasmos al dormir no es indicación de
ninguna disfunción sexual. Hay personas que nunca han tenido sueños húmedos y
tienen relaciones sexuales y orgasmos con normalidad. No hay relación directa
entre la polución nocturna y las relaciones sexuales de cada persona.
También
hay personas que tienen sueños húmedos y no pueden alcanzar el orgasmo cuando
tienen relaciones sexuales. Algunos psicólogos consideran que esto se debe a
que durante el sueño no se manifiestan los inhibidores psicológicos que impiden
el orgasmo cuando existe un estado de consciencia.
Los orgasmos nocturnos son totalmente
involuntarios. No hay manera de evitarlos ni de estimularlos para que ocurran. Una
persona adulta que no tiene relaciones sexuales durante un tiempo puede
experimentar también eyaculaciones espontáneas.
Increíblemente, algunos líderes religiosos
describen el fenómeno como inducido por espíritus y fuerzas malignas.
Consideran a la polución nocturna un problema espiritual, una manifestación del
demonio. En estas religiones y creencias les llaman “mujeres y maridos por la
noche”, y se dice que son los demonios quienes visitan a sus víctimas y abusan
sexualmente de ellas mientras duermen, pero solo se trata de la propaganda que
los pastores y profetas hacen sobre el tema. Muchos de estos religiosos no son
capaces de explicar, en términos acordes a sus creencias, estos fenómenos,
naturalmente fisiológicos, y prefieren clasificarlos como místicos y
deplorables.
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