El Masaje Erótico




  El masaje probablemente sea la herramienta terapéutica más antigua del ser humano como recurso natural para aliviar el dolor, que, como la humanidad misma, evolucionó y se diversificó. Hoy existen masajes circulatorios, deportivos, estéticos, descontracturantes, de relajación y los masajes eróticos, entre algunos otros más.

Un masaje consiste en estimular la piel y manipular los músculos del cuerpo con el objetivo de generar alivio o placer. El masaje erótico, entonces, es el uso de las técnicas del masaje, pero con un propósito de estimulación sexual. Los masajes eróticos conjugan dos elementos esenciales: el arte y la técnica. Se aplican en todo el cuerpo principalmente a través de las manos. Se recomienda como método de conexión para la pareja, porque a partir de diferentes técnicas se puede inducir a la otra persona a un estado de relajación máximo, y permite dar protagonismo a todo el cuerpo en las relaciones sexuales y no sólo a las zonas genitales.

  Los masajes eróticos suponen muchos beneficios en diversos ámbitos. Es recomendable no tratar de abarcar todo el cuerpo de una vez, ni limitarse a masajear en forma circular, sino ir subiendo de los pies a la cabeza lentamente. En el reconocimiento de las zonas erógenas, no dejar de acariciar partes del cuerpo como pies y piernas, ingle, glúteos, espalda, cuello, hombros, brazos, manos, cuero cabelludo y la zona alrededor del ombligo. Los masajes eróticos aportan igualmente muchos beneficios en la relación de pareja:
Proporcionan un momento de intimidad, en el que la pareja tiene la oportunidad de olvidarse de todo el estrés diario y dedicarse a sentir la piel y el tacto del otro. Además, sirve para que cada miembro de la pareja conozca el cuerpo de la otra persona y el propio, y qué le gusta o disgusta, es decir, aumenta el conocimiento mutuo y el conocimiento propio del cuerpo. Finalmente, al ser un momento de tranquilidad e intimidad, consigue aumentar el deseo hacia la pareja. Los masajes constituyen una manera de aumentar la conexión entre dicha pareja, al incrementar la intimidad y el conocimiento entre ambos, se eleva la conexión que existe entre ellos. No hay que olvidar que los masajes tienen una preparación, cómo hablar y decidir realizarlos, elegir el tipo de aceite o lubricante que van a utilizar, cuándo lo van hacer, etc, y toda esa comunicación también favorece la conexión entre los dos.

  Para dar un buen masaje erótico hay que estar tranquilos, tener paciencia, escuchar a la pareja, tanto lo que nos dice como lo que transmite con su cuerpo y con su piel, y, finalmente, hay que ser generosos, el tiempo lo marca la propia pareja, no hay un tiempo mínimo ni máximo, lo único importante es que la pareja disfrute de lo que está haciendo. Un masaje erótico puede ser un excelente preliminar para el sexo, si bien el término preliminar no es del todo acertado, pues significa "antes de la acción", o sea, define al juego previo y a la penetración como dos momentos procesos separados, cuando en realidad se complementan uno al otro, y son parte de un mismo proceso.

  Todo el cuerpo puede ser erógeno. Normalmente, las zonas que las personas identifican como erógenas suelen ser las genitales, pero si se dejan estimular otras zonas de su cuerpo y sienten el placer que esas zonas les provocan, descubrirán más áreas que les proporcionan sensaciones placenteras. Con el masaje se pretende generar un momento de profunda intimidad entre ambos miembros de la pareja. Por ello, todos los elementos que se puedan incluir para aumentar esa intimidad favorecerán la experiencia del orgasmo. Sería necesario que la ubicación, la música, la luz, los olores y los sabores que se van a experimentar en el encuentro, sea para un masaje erótico o para cualquier otro juego erótico, sean decididos por ambos miembros de la pareja.

  El sexo tiene que ser algo divertido para los dos y reírse suele ser divertido, y aunque en un masaje erótico se suele buscar la relajación, la serenidad y el deseo, pero hay lugar desde luego para el esparcimiento y el juego.

  Existen lugares específicos en donde se brindan servicios de masajes eróticos, los llamados salones o casas de masaje. En algunos de estos también se ejerce la prostitución, por lo que el término "salón de masaje" a veces se utiliza como eufemismo para burdel, especialmente en los países en que la prostitución es ilegal y por ende, penado por la ley. Opcionalmente, los masajes en estos salones pueden tener un "final feliz", lo que significa que el masaje finaliza cuando el cliente recibe un orgasmo sexual (el llamado masaje con plus o masaje con relax), ya sea por estimulación manual, oral o una relación sexual completa. Aunque también es conveniente conocer que muchas/os de las/os masajistas eróticas/os no proporcionan sexo con penetración, ya que su servicio se trata de un masaje erótico, no de un servicio propia o exclusivamente sexual, donde priman la sensualidad y las emociones piel a piel. 

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